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Mónica Indo Sánchez

miércoles, 4 de noviembre de 2009

COSECHA TEMPRANA


Generalmente se dice que en educación, la cosecha de muchos de nuestros esfuerzos por aportar en el desarrollo y crecimiento de nuestros alumnos es tardía. Muchas veces, incluso puede ocurrir fuera del sistema escolar y la verificamos cuando algún exalumno vuelve a reconocer con gratitud, los esfuerzos de sus profesores por hacer de él o ella una mejor persona o por acercarlo al entendimiento de algún área del saber. La semana recién pasada, fuimos testigos de cómo nuestros egresados cerraron un ciclo con el San Nicolás de una hermosa manera. Para muchos, esta generación tenía características que la hacían particularmente uraña y díscola, sin embargo no por ello menos nuestra. Quizás por eso, la experiencia de verlos partir llenos de emoción de su colegio, nos apretó el corazón. Se dieron el permiso de mostrarnos su cariño, se dieron el permiso de mostrarse vulnerables, se dieron el permiso de despedirse desde el corazón. Lograron dejar sus yayas de lado y guardar en el corazón tanto cariño que lograron percibir que se les tenía. Creo que se fueron con la sensación final que, retos más retos menos, se les quiso mucho. Creo que lograron recoger la buena intención de todos los que trabajaron con ellos por educarlos. Creo que se dieron cuenta que este lugar era de ellos y que lo seguirá siendo. Y es que a veces las cosechas son más tempranas que tardías ¿quién iba a decir que esta generación iba a cumplir cabalmente con todos los compromisos tomados con dirección?, ¿quién iba a decir que su egreso iba a ser totalmente excento de problemas y excesos propios de las generaciones rebeldes? ¿quién iba a decir que todos, se permitieron despedir con al menos una lágrima? ¿quién iba a decir que nos iban a dar las gracias? Creo que a todos nos sorprendieron. Y es que al escarbar en cómo se fue gestando este cambio de estado en ellos, hay muchas iniciativas particulares y grupales de docentes, administrativos y paradocentes que lo explican. Desde luego no puedo olvidar el propósito que definimos como grupo docente en nuestra jornada de evaluación para con ellos..."hay que quererlos" dijimos, y en una decisión unánime y muy asertada, postergamos otros objetivos por resguardar su integridad que con preocupación veíamos complicarse entre ansiedades, presiones y temores. El plantel docente, dirigido por su Encargada de Unidad, quien resguardó con insistencia que se cumpliera lo acordado, logró su propósito. Su Profesor jefe, que no cesó de mostrarles el norte del deber ser, a pesar del cansancio que provoca el mucho perseverar, lo logró, finalmente el grupo se encontró. Y todos los que colaboraron para que sus últimos días estuvieran a la altura de lo que merecían: Pastoral con una hermosa liturgia, los Profesores que se regalaron en acompañarlos durante su vigilia, los que organizaron la asamblea final y ritos asociados, todos los que les escribieron cartas, el Tercero medio con su desayuno, la Prebásica, los Tutoreados, los Auxiliares, los Profesores y el Túnel...Creo que hay mucho que rescatar de este bello egreso. En primer lugar, que todos los alumnos son dignos de merecer una salida como la que se les ofreció; en segundo lugar, que los seres humanos respondemos a la altura de las circunstancias; en tercer lugar, que muchas veces vale la pena arriesgarse para jugárselas por un cambio en las personas, y finalmente que el que persevera, lo logra. Por ello creo que este egreso es una cosecha temprana recíproca, por que nos aceptamos, ellos y nosotros recíprocamente. ¡¡Qué bellas experiencias se viven en Educación!!

2 comentarios:

  1. Tal vez nuestro desafío es pensar en cómo remover sus corazones de manera más temprana para que se den cuenta lo mucho que los queremos a todos SIN excepción ni preferencias de generación, de manera de tener con cada curso una segunda posibilidad de sembrar en su último año de escolaridad; luego de la certeza con la que se fue esta generación: certeza de que el cariño por ellos nunca estuvo en juego. Después de que un alumno nos regala tal voto de confianza, nuestra tarea de imprimir huella en ellos (tanto en lo emocional como en lo intelectual), encuentra la vulnerabilidad y el auspicio óptimo de sus mentes y corazones para desarrollarse.

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  2. Mónica, hay que puro quererlos y confiar en el ser humano. Me hiciste mucha falta, querida amiga.

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